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En unas semanas comenzará el curso y miles de adolescentes pisarán por primera vez en su vida el instituto. Un gran paso en su desarrollo en todos los niveles (socioemocional, académico, personal, cognitivo) pero que genera preocupación y ansiedad tanto en los padres como en los hijos. Y es que el paso de la etapa de Educación Primaria a la Educación Secundaria no es fácil.
A los padres nos atemoriza en muchas ocasiones la combinación de la etapa de desarrollo en la que se encuentran nuestros hijos (la adolescencia, con todas sus particularidades) con el hecho de que, seguramente, cambiará de compañeros y de centro. Nos asusta pensar en con quién se puede empezar a juntar, qué pasará si no “encaja”, si no encuentra su hueco en este nuevo ambiente, si cambiará su manera de ser, cómo le irá antes las mayores exigencias académicas, si sabrá o no gestionar su mayor autonomía… y nos morimos de miedo ante la idea de posibles consumos de sustancias. Y, encima, nuestro hijo está más irritable de lo normal o más encerrado en sí mismo o “muy raro”.
Y, os voy a contar un secreto, claro que vuestro hijo está raro/irritable/pensativo… ¡está aún más asustado que vosotros! A él también le preocupa, y mucho, cómo encajará con sus nuevos compañeros; tiene mucho miedo de no hacer amigos o perder a sus antiguos amigos que no estarán en su mismo instituto o que, aún estándolo, pueden no coincidir en su clase, hacer nuevas amistades… Tampoco quiere fracasar en los estudios y sabe que en el instituto le “llevarán menos de la mano” y le exigirán más, se pregunta cómo serán los profesores. También, tiene que decir adiós a lo que ha conocido hasta ahora, hacer su “duelo” por el niño que se le está escapando ya de los dedos… En resumen, vuestro adolescente quiere crecer y al mismo tiempo le asusta hacerlo, exactamente igual que a vosotros presenciar su desarrollo.
Sin embargo, en muy pocas ocasiones he encontrado que padres e hijos compartan estos miedos, hablen abiertamente sobre lo que les asusta de este nuevo comienzo ¡y es la mejor manera de ayudar a vuestros hijos y de calmar vuestros temores! Así que os animo a, en estas semanas que nos quedan antes de iniciar el curso, hacerlo.
Y, por si no tenéis mucha idea de cómo hacerlo os dejo algunas recomendaciones:
¡Espero que a algún padre/madre que se vea en esta situación y, especialmente a sus hijos, le resulte de ayuda!