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Por ello es importante que conozcamos los trastornos más comunes y sepamos identificar las conductas a las que hay que prestar atención, puesto que si los detectamos a tiempo el pronóstico de evolución es mucho más favorable.
Habitualmente llamada anorexia. Es la obsesión por no ganar o por bajar de peso. Se produce una distorsión de la imagen corporal, pudiendo verse “gordas” aunque estén por debajo del peso esperable para su altura y edad. Podemos observar que conteo de kcal, quieren diseñar sus propios menús (hipocalóricos), usan ropa ancha para esconder partes de su cuerpo, no quieren realizar actividades que supongan una exposición de su cuerpo (piscina, playa etc.), durante las comidas hacen grandes ingestas de agua para saciarse. Puede haber también un ejercicio físico intenso o conductas para “purgarse”. La piel se vuelve amarillenta, más seca o rugosa, las uñas débiles y quebradizas, se queja de mareos, puede aparecer vello facial y, si la malnutrición se mantiene amenorrea (pérdida de la menstruación).
Conocida también como bulimia. Se producen episodios de atracones (ingestas de grandes cantidades en un corto espacio de tiempo con pérdida de control) seguidos de conductas para compensarlos como pueden ser el vómito, laxarse, ayuno o ejercicio intenso. Muchas pueden estar en normopeso o incluso en sobrepeso, por lo que no es tan evidente físicamente hablando. Igual que en la anorexia podemos observar intentos por ocultar partes del cuerpo, así como grandes ingestas de agua (facilita el vómito). Además, hemos de estar atentos a si inmediatamente después de comer va al baño y pasa más tiempo del normal, enciende los grifos etc. Pueden aparecer lesiones en los nudillos y daño en el esmalte dental. Además, los supermercados venden sin control productos destinados a laxarse, por lo que debemos sospechar si encontramos alguno de ellos en su cuarto. También debemos estar atentos a los restos de posibles atracones: envoltorios de comida basura o desaparición de comida en casa.
Este quizá sea el trastorno más desconocido pero que en los últimos años es cada vez más motivo de atención clínica. Igual que en la bulimia se producen episodios de atracón, pero no se lleva a cabo ningún comportamiento de purga. Estos episodios de atracón se producen a solas, se come hasta sentirse desagradablemente lleno y no responden a una sensación de hambre, la conducta de comer compulsivamente se lleva a cabo ante situaciones de ansiedad o malestar. Tras el atracón hay fuertes sentimientos de culpa, por lo que el malestar de la persona aumenta, facilitando que se repita otro episodio. Además, se produce un aumento rápido y llamativo de peso por lo que la autoestima de la persona a la larga puede verse comprometida. Igual que en la bulimia podemos encontrar restos físicos de atracón, comida escondida en el cuarto, mentiras sobre con quién ha estado, qué ha hecho o en qué se ha gastado el dinero.
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